El nube está ayudando a las organizaciones a conectar personas, datos y procesos en la adopción de nuevas tecnologías. Para lograr resultados, los líderes empresariales de estas iniciativas se aseguran de que la TI y el negocio trabajen de la mano creando valor para sus clientes.
Es por eso que hoy en día las empresas ya están en la nube o lo están considerando. Y en esta estrategia, las aplicaciones en la nube juegan un papel fundamental en el ahorro de costes y en la posibilidad de innovar y crecer de forma ágil y flexible.
Las grandes empresas tienen cientos de usuarios y aplicaciones que deben admitir. Esta es una tarea abrumadora y muchos de ellos tratan de evitar el costo y el dolor de cabeza de comprar hardware y software para su propio centro de datos y ven esto como el principal beneficio de usar aplicaciones en la nube.
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Estas reducciones de costos que mencionamos anteriormente liberan capital para invertir en innovación y crecimiento. Pero, ¿cómo pueden las aplicaciones en la nube ayudar a las empresas a ahorrar costes? La respuesta es una combinación de recursos distribuidos, flexibilidad, simplificación de los procesos internos y mayor resistencia contra la pérdida de datos.
Más allá del ahorro de costes
El poder de las infraestructuras virtualizadas tiene muchas ventajas además de la más conocida, la del ahorro de costes. Los proveedores de servicios y aplicaciones en la nube permiten que, gracias a su configuración particular, los costes se distribuyan entre todos los clientes. De esta forma, cada organización paga por los recursos que realmente utiliza, ni más ni menos. Además, cuando se requiere reducir la cantidad de recursos, estos ajustes se pueden realizar en cuestión de minutos, lo que proporciona una reducción significativa en los costos de capital para la infraestructura de TI. Lo mismo si desea extender el servicio en cualquier momento durante la vigencia del contrato.
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3 razones para elegir la nube
La mayoría de las empresas de nube modernas ofrecen una nube pública virtualizada para sus clientes. Estas configuraciones garantizan tres beneficios:
Optimizar la eficiencia– Uno de sus puntos fuertes es que hacen un uso realmente eficiente del hardware disponible del proveedor de servicios en la nube. Las aplicaciones en la nube, a diferencia de las opciones más tradicionales, realizan una compartimentación de un equipo físico para convertirlo en varios virtuales, permitiendo una división de recursos mucho más eficiente que supera las limitaciones de las alternativas clásicas.- Restar complejidad a la gestión: Si bien cada proveedor de aplicaciones en la nube podrá garantizar este beneficio en mayor o menor medida, lo que es común a todos es su capacidad para permitir una gestión más sencilla y asequible. Esto es posible ya que asumen aspectos clave del mantenimiento de la infraestructura, liberando a los profesionales técnicos de la organización de tareas que requieren mucho tiempo. De esta forma, los miembros del departamento de TI pueden centrarse en impulsar la innovación para ayudar a aumentar los ingresos.
- Las capacidades de recuperación ante desastres de TI mejoran: La preocupación por la pérdida de datos no es nada nuevo, y las aplicaciones en la nube son una fuente de tranquilidad a este respecto. A pesar de que existen causas muy diferentes por las que una organización puede perder la capacidad de acceder a sus datos (cortes de energía, fallas de red o errores humanos, entre otros), contar con recuperación ante desastres basada en aplicaciones en la nube como servicio (DRaaS) es lo mejor. manera de minimizar la interrupción de las operaciones que pueden ocurrir potencialmente después de un desastre.
La nube es sinónimo de escalabilidad, flexibilidad e innovación. Cada vez más empresas recurren a entornos de nube porque, además de ahorrar costes, pueden escalar sus negocios, garantizar una gestión de datos eficiente y crear valor para sus clientes. ¿Cómo está adoptando su empresa la infraestructura virtual?
El momento es ahora, o la competencia irá un paso más allá.
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