Impulsar y liderar el cambio digital puede ser un gran desafío, pero también implica desafíos. En esta nota, analizamos cómo los líderes de TI afrontan la tarea de ser protagonistas de la transición.
¿Cómo se sentiría si su área de actuación se convirtiera repentinamente en la principal responsable de un cambio de paradigma sin precedentes? Suena desafiante, ¿verdad? Esto es lo que, en la práctica, ha sucedido desde el inicio de la pandemia con las áreas de TI. Todas las miradas se han dirigido a ellos porque se espera que el sector de TI lidere el cambio tecnológico necesario para agilizar las operaciones que ya no pueden seguir funcionando como lo hacían hasta hace poco.
Sabemos que en respuesta a los cambios comerciales provocados por Covid-19, los líderes de TI globales informaron un aumento en los presupuestos. Pero también es cierto que esta «confianza» depositada en el sector implica una gran presión adicional para demostrar el retorno de la inversión.
«El 47% de los CIO dicen que la pandemia aceleró permanentemente la transformación digital y la adopción de tecnologías emergentes». Fuente: CIO de KPMG |
El desafío de ser el más popular pero no el más querido
Estar a cargo de un proceso de cambio institucional hace que muchas expectativas recaigan en uno, pero también, los recelos y reticencias de todo el personal. La gente «teme» al cambio, porque pone a prueba nuestra capacidad de resiliencia y adaptación. Por tanto, aunque no existen recetas infalibles, existen casos de éxito que nos ayudan a detectar éxitos que sí funcionan.
Los líderes de TI que han atravesado con éxito un proceso de cambio o migración digital explican que la capacitación ayuda, pero se necesita mucho más que eso para involucrar completamente a las personas en la dinámica de la operación de nuevos sistemas.
El viaje de la transformación digital implica mostrar el qué, el por qué y el cómo con hechos; porque cada colaborador necesita poder ver el panorama global del proceso de cambio para aceptarlo y poder aportar su mejor predisposición. |
En ocasiones, el perfil y la formación técnica de los especialistas en el área de TI no se dan cuenta de las complicaciones que van a tener los usuarios finales a la hora de incorporarse a la nueva tecnología. Y sabemos que el cambio en nuestro entorno laboral no es algo que se acepte de forma muy abierta porque implica un esfuerzo de adaptación.
Cuando los sistemas cambian y la empresa se vuelve más digital, los procesos, los hábitos culturales, la forma completa de hacer las cosas cambian. Por tanto, liderar la digitalización implica, por supuesto, crear una nueva forma de recopilar datos y ponerlos al servicio de la empresa, pero también Redefinir comportamientos de todo el capital humano: porque si no nos enfocamos todos juntos en este trabajo, los resultados finales no serán los esperados.
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Transformación digital basada en datos
A veces sucede que el área de TI se esfuerza por generar la mejor experiencia de cliente, pero olvida la percepción y los sentimientos del cliente interno. Esto es esencial e incluso una prioridad.
Detectar problemas internos, revelar en cada momento cuáles son las instancias que generan más dificultad, ayudar a las personas a romper las barreras tradicionales de hacer las cosas: todo esto es parte del transformación digital y una cultura organizacional basada en datos.
Es probable que haya roles que desaparecerán y se necesitarán otros nuevos: Los nuevos CIO también deben anticipar y organizar las respuestas y propuestas que se harán en cada caso. Anticiparse a las crisis internas es parte de la tarea de emprender la transformación digital.
La transformación digital no es un camino fácil. Por eso conocemos el punto de partida pero no el de llegada. Para acercarse lo más posible a lo que buscan, los nuevos CIO deben implementar estrategias claras con un enfoque en las personas. Algunas recomendaciones basadas en la experiencia son:
- Entusiasmar: mostrar el resultado final aspiracional al que nos llevará el cambio.
- Ejercer el liderazgo ejecutivo: céntrese desde el principio en mantener un diálogo fluido con los usuarios para comprender sus problemas.
- Base: mejorar las razones prácticas del proceso de cambio. Por ejemplo, la supervivencia de la empresa, la posibilidad de competir en el nuevo mercado, la mejora en el desempeño de sus puestos de trabajo, etc.
- Genere una «lógica de equipo»: mostrar cómo toda la empresa se verá afectada y se aliviará para todos, en la medida en que el proceso sea asumido con compromiso por todos.
Liderar el cambio implica claramente detectar y definir su propio estilo de liderazgo. Pero al contar con un socio de apoyo especializado en estos temas y basando la gestión en estas características descritas, el éxito está más cerca de convertirse en una realidad.
¿Qué retos conlleva la transformación digital en su empresa? ¿Y en tu zona?
¿Estás listo para enfrentarlos?
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